Monday, November 16, 2009

Palabras para el Matrimonio de Yon Maicol

Por alguna extraña razón, me encuentro en frente de ustedes, expresando un discurso del corazón, de nuevo. Uno le va cogiendo cariño a la vuelta y ya no son necesarios tantos tragos de whisky, ni la voz se siente quebrantada y el frío que lo recorría en el pasado es un cálido acompañante hoy en día.

Hoy frente a ustedes, hablo en nombre de los que no están presentes. Hablo en nombre del Medio Oeste americano y de un biólogo que se ausenta por estar estudiando su longeva maestría. Hablo en nombre de Canadá, donde hay un arquitecto madurando su ser, adentrándose en teoría y, quién sabe, incluso buscando compañía. Hablo en nombre de los Países Bajos y un polítologo estudiando sobre Pobreza en el primer mundo. Hablo incluso de Francia y su canonizado ingeniero de sistemas que si lo logró, y a pesar de la lejanía, se tomó sus vacaciones y hoy nos brinda compañía.

Todos ellos hubieran estado gustosos de compartir con la jefa de las peluqueras este momento tan especial. Pero hablo sobretodo de ese politólogo que sin tener vacaciones, sin tener un peso, casi se devuelve de donde estaba, para atravesar un océano tres capitales del mundo, tres aeropuertos, la Calle 80 y este recinto para poder saludar, abrazar, besar a su amigo del alma y así mismo devolverse por donde vino y seguir estudiando.

Tal vez él no esté aquí. Tal vez él no haya sido testigo y firmado consentimiento de esta unión, pero nosotros sí y damos fé, tanto a ustedes como a él, que este acto firmado con amor tiene un padrino más. Todos nosotros se los recordaremos.

Un abrazo Yon Maicol, un beso Diana. Qué sean muy felices. Qué les dure mucho tiempo. Y que donde sea que se encuentren recuerden estos rostros, estas voces de aliento para superar cualquier adversidad.

Hoy uno más del colegio se aparta. Hoy una nueva integrante se une a la familia. El rey ha muerto larga vida a las dos reinas.